Al sol de la Toscana

¡Buenos días!

Este fin de semana pasado he estado de visita en Florencia y, aunque ya estuve una vez fugazmente, es una ciudad que me sigue pareciendo maravillosa. Diferente, antigua y preciosa. Muy especial.

Ya de primeras, y como el vuelo nos dejaba allí, visitamos Pisa, que a parte de la conocida torre inclinada, tiene un monasterio y un baptisterio preciosos en el entorno de la torre.

Después llegamos a Florencia. Es una ciudad que no ha sufrido muchos cambios, no tiene edificios modernos, ni altos. Se mantiene como siglos atrás. Sobre todo, vista desde arriba, no podrías determinar en qué época te encuentras.

A mí, personalmente, me encantan las ciudades con río (sí, como París ;)), porque le dan una vida diferente a la ciudad. 

No nos lo hemos podido pasar mejor. Hemos comido típico típico, hemos visitado todo lo imprescindible y alguna cosa más, y nos ha dado tiempo hasta para salir a celebrar ;))

En cuanto a comidas, os diré que merecen un post a parte. Que lo que me he traído de recuerdo en su mayoría ha sido eso. Y que la he disfrutado muchísmo. Hemos conocido el concepto "aperitivi" y no puedo ser más fan. ¡¡Ojalá se pusiera de moda aquí...!!

Y lo mejor, claro, los helados.. ¡¡gelato!! Buenísimos.

Ha habido tiempo, por supuesto para compras. Visitas a los mercadillos, donde venden sobre todo, cosas hechas con cuero, puestos de souvenirs típicos, supermercados y en general, mirar sin más los escaparates de las papelerías antiguas que encuentras a montones por la ciudad.

Hemos visitado, por supuesto, lugares de interés cultural, como las plazas más importantes, el Duomo, el ponte Veccio o la Galería de los Uffizi.

Y de interés mío particular, como el museo Gucci, del que os hablé de su reciente inauguración aquí.

Pero sobre todo: hemos caminado. Hemos caminado la ciudad entera. Es pequeña y en su mayoría peatonal y os lo recomiendo a todos. Nada de taxis, buses ni coches. Es una ciudad para caminarla y verla entera. Y es que, con lo pequeña que es, da tiempo, así que hay que aprovecharlo :))

Además, a pesar del viento, nos hizo muchísimo sol y pudimos comer en el río, y subir a ver el atardecer al mirador.

Yo tenía un precioso recuerdo de Firenze, y sabía que me iba a emocionar igual al volverla a ver. Quería compartirlo con vosotros porque no tiene desperdicio. 

Y si alguno tiene pensado ir, estad atentos que os enseñaré lo que me he traido de allí, y los sitios no turísticos que no hay que dejar de ver.

¡¡Ciao, ciao!! :)